La historia de Tenerife comienza mucho antes de que llegaran los primeros conquistadores castellanos a finales del siglo XV.
En la época prehispánica de Tenerife, el protagonismo es de los guanches y de las expediciones de extranjeros que llegaban a la costa tinerfeña.
El territorio de la isla era prácticamente selvático tropical y muy montañoso. El lugar en el que se encuentra hoy Santa cruz era parte de la zona del parque de Anaga.
Historia de Tenerife Precastellana
En 1494, la historia cambia con la llegada a la isla de los castellanos, que se encargaron de establecer en Santa Cruz un campamento base para conquistar la isla, prolongándose hasta 1496, cuando Tenerife pasó a incorporarse a la Corona de Castilla.
Desde que comenzó esta relación, el núcleo central de la economía en la ciudad era la zona portuaria a través del cual se realizaba todo el comercio.
Unas décadas más tarde fue destruido por un fuerte temporal y tuvo que reconstruirse.
El puerto actual coincide con los 4 puntos donde atracaban antiguamente los barcos:
- Puerto de Caballos con la caleta de Negros
- Caleta de Blas Díaz
- Bufadero
- Paso Alto
La bahía de Santa Cruz la apreciaban los navegantes por sus óptimas ventajas geográficas. Era un lugar donde avituallaban los navíos que partían hacia América.
Cuando acababa el siglo XV, comenzó a formarse una sociedad heterogénea, la cual se componía de soldados, marineros, mercaderes y los guaches.
Las primeras poblaciones podían localizarse en el castillo de San Cristóbal, una fortaleza donde estaba protegida la pequeña población que contaba con casitas terreras.
Historia de Tenerife durante la Edad Moderna
En el siglo XVI, concretamente en la segunda mitad, empezó a construirse la primera plaza que estaba situada frente al castillo, llamándose plaza de la Pila y que se corresponde con la actual plaza de La Candelaria.
Se fueron construyendo nuevos castillos con función defensiva, ya que los habitantes de Santa Cruz tenían frecuentemente que defenderse de ataques de piratas berberiscos y corsarios, de los ingleses y franceses.
El punto álgido se dio con la Armada Británica, que contaba con el almirante Nelson, que fue derrotado en el año 1797.
Este fue un episodio muy importante que terminó marcando la historia de la ciudad en el futuro.
Si hablamos de números, el comandante intentó tomar por tres veces la isla gracias a su millar de hombres de que disponía.
Pero en ninguna tuvo éxito, gracias en parte a la ayuda de las tropas francesas con las que la corona de castilla tenía muy buena relación.
Los ingleses fueron derrotados, aunque se hizo un trato. Se dejó ir a la armada inglesa a cambio de que no volvieran a atacar las islas canarias en un futuro.
Todos estos ataques que tuvieron las islas como consecuencia un aumento de la seguridad y precaución, motivo por el cual las poblaciones comenzaron a esconderse y no poder ser divisdadas desde el mar.
En los años y décadas posteriores de la historia de Tenerife, Santa Cruz fue creciendo y progresivamente llegó a toparse con el obstáculo geográfico que suponía el barranco de Santos, que al final se salvó mediante la construcción de varios puentes: puente de El Cabo, puente Zurita, puente de las Asuncionistas, etc.
Sin prisa, pero sin pausa fue formándose un tejido urbano que a los dos lados del barranco se componía de calles y caminos de herraduras.
Santa Cruz como puerto comercial y centro del poder político no solo ganó fuerza en la isla, también en el propio archipiélago canario. El poder se consolidó con el nombramiento como capital de Canarias en 1833.
El siglo XIX fue el momento de mayor brillo para la ciudad. Este hecho era algo más que un gran logro en lo económico y en lo político.
La ciudad cambió sin posibilidad de marcha atrás. Ciertamente se hizo necesario construir una serie de edificios del gobierno que debían ser los adecuados a toda una capital de provincia.
En aquel momento se construyeron algunas edificaciones de tanta importancia como el edificio del mercado, el Teatro Guimerá o el Palacio de la Capitanía General.
Historia de Tenerife en la Edad Contemporánea
En 1927 se produjo una división provincial que no tuvo consecuencia para la ciudad, que siguió creciendo durante el siglo XX.
Para aquella época, Santa Cruz supera los 200.000 habitantes y en ese aumento de población tuvo lados menos positivos debidos a la falta de ordenación de carácter urbanístico.
El puerto es uno de los destinos principales de cruceros en el mar Atlántico.
Estamos ante una ciudad moderna, que ha remodelado gran parte de sus lugares más importantes como la plaza de España o el auditorio que planificó Calatrava.
Sin lugar a dudas, Tenerife es una ciudad de historia dilatada, quizás no en épocas muy antiguas, pero sí que en los últimos siglos ha sido de una manera u otra protagonista de hazañas que han dado forma a una ciudad importante para Canarias y España.
Las islas tienen una riqueza turística que aumenta cada año. En Tenerife, podemos ver lugares de gran interés, pero también el testimonio de una población que es en centro económico y financiero canario.